Proteínas de la familia de las quimiocinas

Chemokine network in the tumoral microenvironment immune response

Las quimiocinas son pequeñas citocinas o proteínas de señalización secretadas por las células. Según el número y la disposición de la L-cisteína (C) conservada en el extremo N-terminal, las quimiocinas pueden clasificarse en cuatro clases: C, CC, CXC y CX3C. Estas quimiocinas señalizan a través del receptor quimiocínico transmembrana de siete pasos de acoplamiento de proteína G en la superficie celular, que estimula la migración direccional celular. Las quimiocinas homeostáticas se expresan de forma constitutiva en condiciones fisiológicas y desempeñan un papel en la migración y la localización de las células, mientras que las quimiocinas inflamatorias se secretan rápidamente en los focos de inflamación, reclutando así células efectoras en los tejidos inflamados. Así pues, las quimiocinas desempeñan un papel central en el desarrollo y la homeostasis del sistema inmunitario y participan en la promoción de la activación, diferenciación, proliferación y apoptosis de las células inmunitarias y en todas las respuestas inmunitarias e inflamatorias protectoras o destructivas.

Además, la señalización por quimiocinas y la quimiotaxis de diversas poblaciones celulares también desempeñan un papel fundamental en el microambiente tumoral (MAT). En la MAT, muchas quimiocinas son liberadas por células inmunitarias, células tumorales y células asociadas a tumores. Estas quimiocinas pueden cambiar con el tiempo y el espacio, atrayendo diferentes tipos de células inmunitarias promotoras de tumores y antitumorales. La migración de las células inmunitarias influirá aún más en la progresión y metástasis de los tumores, y afectará directamente a la respuesta inmunitaria. Los estudios han revelado que las quimiocinas tienen funciones pleiotrópicas que afectan a las respuestas inmunitarias antitumorales y a la progresión tumoral. Teniendo esto en cuenta, en la última década se han establecido estrategias terapéuticas que utilizan o se dirigen a las quimiocinas, lo que ha llevado a probar muchos nuevos fármacos candidatos en ensayos clínicos. En particular, en las terapias basadas en quimiocinas, éstas son altamente redundantes en su unión a los receptores, el mismo receptor puede unirse a diferentes quimiocinas, y viceversa. Por lo tanto, sólo inhibiendo simultáneamente la quimiocina y su receptor con la misma función fisiológica se consigue que el efecto terapéutico sea más saludable y dure más tiempo.